Ante la multiplicación de crisis en el mundo, el secretario general de la ONU instó este miércoles a los dirigentes del planeta, que se reúnen la próxima semana en Nueva York, a que encuentren «una solución para sacarlo del desastre».
«Nos vamos a reunir en un momento en que la humanidad se enfrenta a inmensos desafíos, desde la agravación de la emergencia climática a la escalada de conflictos, pasando por la crisis mundial de la inflación, el aumento de las desigualdades y las drásticas perturbaciones tecnológicas», declaró Antonio Guterres a la prensa en vísperas de la Asamblea General de la ONU que la semana próxima reunirá a mandatarios de todo el mundo en Nueva York.
«La gente espera de sus dirigentes una solución para salir de este desastre», insistió, al tiempo que lamentó de nuevo la «fragmentación» del mundo que «reduce nuestra capacidad para responder» a estas crisis.
La guerra en Ucrania «es un factor clave de la agravación de las divisiones políticas. Por lo que una solución, una paz en Ucrania de acuerdo a la carta de la ONU y el derecho internacional sería muy importante para reducir estas divisiones geopolíticas», subrayó, aunque no escondió su pesimismo sobre la posibilidad de que esto ocurra.
«Estamos lejos de una situación en la que sea posible», dijo, al asegurar que ahora se concentra en reanudar el acuerdo que permitió durante cerca de un año la exportación de cereales ucranianos a través del mar Negro.
«La semana próxima, recibiré al presidente (ucraniano Volodimir) Zelensky, el presidente (turco Recep Tayyip) Erdogan, el ministro (ruso de Relaciones Exteriores Serguéi) Lavrov, y este asunto estará en la mesa», aseguró, antes de reiterar su «determinación para relanzar la Iniciativa del Mar Negro».
Negociado bajo la égida de Ankara y la ONU en el verano de 2022, este acuerdo permitía exportar cereales de Kiev a través de los puertos ucranianos del mar Negro con seguridad.
Rusia se retiró en julio de este acuerdo fundamental para el suministro mundial de cereales, al alegar que las sanciones internacionales impedían la exportación de sus propios productos agrícolas y fertilizantes.