El presidente del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), Miguel Vargas Maldonado, resaltó este miércoles las virtudes y el compromiso de José Francisco Peña Gómez, al conmemorase hoy el 25 aniversario de su partida física.
Vargas Maldonado expresó su consideración al pronunciar unas palabras durante una misa celebrada en la Iglesia Las Mercedes, Zona Colonial, en ocasión del aniversario luctuoso del extinto líder perredeísta.
En ese sentido, recordó a Peña Cómez en sus diferentes manifestaciones y su legado de principios y valores. Habló a través de una nota de prensa.
Indicó que para hablar del extinto líder era necesario hacerlo desde distintas perspectivas.
Destacó sus orígenes y vasta trayectoria en la política. Dijo que «vino para quedarse» en el corazón del pueblo dominicano, gracias a una vida de luchas por la libertad y la democracia del país.
Subrayó que Peña Gómez ha sido el líder de masas más grande de la República Dominicana, cuyo accionar trascendió fronteras, así como «un extraordinario ser humano, humilde, solidario, amigo y, sobre todo, con una profunda vocación de servicio que refleja en la gente, especialmente, la más necesitada y desposeída».
Manifestó que su liderazgo transcendió fronteras y que, desde la plataforma de la Internacional Socialista, contribuyó a la libertad y la democracia de muchos pueblos de América.
Vargas Maldonado dijo que el recinto religioso fue un refugio espiritual para Peña Gómez en muchas ocasiones, «en la cual, en algunas de ellas, nosotros le acompañamos», y que aún lo es para los perredeístas.
«Debemos sentirnos contentos porque, ciertamente, nos dejó un legado. Quiero reiterar que el mejor homenaje que podemos hacer a nuestro querido líder, José Francisco Peña Gómez, es trabajar por lo que él más quiso, que fue su Partido Revolucionario Dominicano, y, sobre todo, practicar lo que él nos enseñó: principios, valores y dignidad», puntualizó.
Sacerdote también resalta valores de Peña Gómez
De su lado, Fray Frankeli Rodríguez Gómez, párroco de la Iglesia Las Mercedes, catalogó a Peña Gómez como «el hombre de la transición democrática del país».
Enfatizó que el líder histórico «amó profundamente» a la República Dominicana, nación por la que dio su vida y «puso en alto la bandera tricolor» a nivel internacional.
También resaltó que, «por su formación familiar y cristiana, por ser un hombre con una visión tan alta», Peña perdonó a sus adversarios.
El religioso se refirió al extinto líder perredeísta como «el hombre admirado por muchos y rechazado por otros. Sin embargo, fue el hombre polémico, humilde, líder, injuriado, pero el hombre honesto».
«Nadie ha podido decir hasta ahora que Peña Gómez se robó un centavo del partido. Fue un hombre equitativo, honesto y amante a la verdad», prosiguió.
Recordó la respuesta dada por Peña, en cierta ocasión, cuando fue cuestionado sobre su niñez, al decir que «se sentía tranquilo y en paz, porque los grandes redentores de la humanidad nacieron peor que él: ´Moisés y Jesús son la esperanza mía, nacieron peor que yo´».